"> Nueva ley de Drones 2018 — ¿Cómo y dónde volar?

Cómo volar drones en Espacio Aéreo Controlado con la nueva Ley

Torre de control

Cómo volar drones en Espacio Aéreo Controlado con la nueva Ley

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El nuevo marco regulatorio para los drones en España

Mucho se ha hablado sobre el anticipadísimo Real Decreto 1036/2017, de 15 de diciembre, por el que se regula la utilización civil de las aeronaves pilotadas por control remoto, que modifica el Real Decreto 552/2014, de 27 de junio, por el que se desarrolla el Reglamento del aire y disposiciones operativas comunes para los servicios y procedimientos de navegación aérea y el Real Decreto 57/2002, de 18 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de Circulación Aérea. Hasta la entrada en vigor de esta nueva normativa, era ilegal volar dentro de Espacio Aéreo Controlado. Con el Real Decreto se abre esta veda, cumpliendo los requisitos necesarios para garantizar la seguridad de todos.

La antigua Ley de Drones en España

Hasta ahora, había tres grandes escenarios operacionales donde volar drones estaba terminantemente prohibido:

Ciudades: un operador tenía prohibido volar sobre zonas urbanas, pueblos, aglomeraciones de edificios, aglomeraciones de personas…

Vuelos nocturnos: sólo estaba permitido para un piloto o empresa de drones volar de orto a ocaso.

Espacio Aéreo Controlado.

Por qué es peligroso volar drones en Espacio Aéreo Controlado

Hasta la fecha, un gran porcentaje de los trabajos que se nos solicitaban eran en Espacio Aéreo Controlado. Para no poner en riesgo a los demás y para no arriesgarnos nosotros mismos a recibir una cuantiosa multa, estas solicitudes tenían que ser rechazadas. Muchos de los clientes entonces nos hacían la misma pregunta: ¿Qué tiene de peligroso volar en espacio aéreo controlado? Al fin y al cabo, las probabilidades de que un piloto de RPAS experimentado estrelle su dron contra otra aeronave son casi inexistentes, suponiendo que no se vuele a más de 120 metros de altura sobre el terreno, la altura legal. Esto se debe, entre otros motivos, a que la altura mínima para aviones en vuelo de aproximación es de 150 metros, así que en todo momento debería haber al menos una capa de 30 metros entre ambas aeronaves. No obstante, hay que tener en cuenta que 30 metros tampoco es un margen enorme si el cálculo se hace a ojímetro. Aún así, en cualquier caso, volando con responsabilidad, el piloto de drones puede controlar en todo momento lo que hace su aeronave. No obstante, esto no es tan sencillo, y la explicación a por qué volar en Espacio Aéreo Controlado era ilegal era un poco más compleja:

Empezaremos por el principio.

En todo aeropuerto hay torres de control que se valen de varias tecnologías para controlar el tráfico aéreo. Entre otros sistemas, destaca el radar, capaz de identificar objetos en el cielo a enormes distancias y con gran precisión. Cuando el radar detecta un objeto lo plasma como un punto en el mapa correspondiente, para que el controlador aéreo disponga de dicha información. Dependiendo del volumen del tráfico aéreo, el controlador aéreo puede estar monitorizando muchísimas aeronaves al mismo tiempo.

Además, los aviones van equipados con una tecnología llamada transpondedor. Este transpondedor comunica la identidad de la aeronave a la torre de control, así como su velocidad y altitud. De esta forma los puntos que plasma el radar tienen una identificación única y clara, y aportan información precisa sobre su trayectoria.

Cuando un dron vuela en Espacio Aéreo Controlado, por tanto, puede ser localizado por un radar, y el controlador ve en su monitor un objeto, sin identificación, sin datos sobre su trayectoria, sin nada, dentro de su zona de control. Este objeto podría potencialmente ser una avioneta, un avión secuestrado, un avión cuyo piloto no ha conectado su transpondedor… El controlador aéreo en ese momento sólo sabe que no sabe nada, sólo que hay algo volando que escapa a su control.  Al ver esto, utilizará su radio para intentar comunicarse con el piloto de este objeto no identificado. El piloto del dron, mientras tanto, volará el aparato tranquilamente sin escuchar la llamada del controlador, puesto que no cuenta con un dispositivo de radio. Al no obtener respuesta, el nivel de amenaza aumenta, y el controlador aéreo debe tomar medidas urgentes para que este objeto, que no sabe qué es, no pueda colisionar contra nada. La primera medida es comenzar a desviar el tráfico aéreo que pudiera verse amenazado, generando muchísima incertidumbre, peligro y una cadena de retrasos que es fatal para las compañías aéreas, para los viajeros y para los cuerpos de seguridad del estado.

Y mientras cunde el pánico y todas las operaciones aéreas están condicionadas por la incertidumbre de un objeto que vuela y que no se sabe ni qué es ni a dónde se dirige, el piloto del RPAS aterriza su dron inocentemente tras haber hecho su trabajo, ignorando el caos que ha generado. Este es el motivo por el que hasta ahora no se podía volar en Espacio Aéreo Controlado: como su propio nombre indica, no debería volar nada en este espacio que escape al control de los gestores del tráfico aéreo.

Qué hay que hacer en España para volar drones en Espacio Aéreo Controlado

Conocemos el problema, y por tanto podemos inferir la solución: si planeamos volar en Espacio Aéreo Controlado con un dron, deberíamos hacer que los controladores pudieran controlar quiénes somos y qué hacemos dentro de este espacio. Bastaría entonces con notificar a los responsables la fecha y el lugar donde se van a encontrar dicho punto en su radar, y llevar un equipo de radio para poder mantener comunicaciones en todo momento con la torre de control, poder responder cuando se nos pregunte y adaptar nuestro vuelo a las necesidades del momento.

Esto es exactamente lo que se acaba de regular: ahora, para volar en Espacio Aéreo Controlado debemos comunicar a la autoridad competente cuándo y dónde tenemos intención de volar con antelación realizando un estudio de seguridad. Esta operación requerirá autorización, y con la solicitud aprobada por parte de la AESA, y contando con los conocimientos de radiofonía, el título que lo acredite y el equipo necesario para ello, deberemos coordinarnos por radio con los responsables durante el vuelo. De esta forma, el controlador estará prevenido de que va a haber un punto nuevo en su radar (nosotros), y tendrá la tranquilidad de que no hay nada que se escape a su control.

En caso de que vayamos a realizar vuelos en régimen BVLOS (más allá del alcance visual del piloto), deberemos por ley contar también con un transpondedor con sistema Detect & Avoid (detectar y esquivar) homologado en nuestro dron.

¿Qué es un sistema Detect & Avoid?

Muchos drones de uso profesional cuentan con sensores para evitar colisiones con objetos durante el vuelo. No debemos confundirnos, ya que estos sistemas no son sistemas Detect & Avoid. Un sistema Detect & Avoid es una tecnología integrada en el transpondedor que, al detectar otro transpondedor cercano, es capaz de comunicarse con éste, y teniendo en cuenta datos como la masa de las aeronaves, su posición, velocidad y dirección, pueden comunicarse entre sí y tomar las rutas oportunas de forma autónoma erradicando así cualquier posibilidad de fallo humano.

La inclusión de este tipo de transpondedores tiene lógica: ya que es un tipo de vuelo más peligroso, al no tener contacto visual con nuestro dron, el controlador deberá tener la máxima información posible, y el dron debe contar con la tecnología necesaria para apartarse de la ruta de cualquier otro tipo de aeronave, ya que éstas tendrán preferencia.

Cuál puede ser el futuro de la normativa de drones en España

Conociendo así la problemática de volar con drones y la utilidad de los transpondedores, no nos parece descabellado que en un futuro se nos obligue a contar con un transpondedor con sistema Detect & Avoid para más tipos de operaciones, o que se reduzca drásticamente el límite de altura permitido para drones que no cuenten con estos sistemas. Si bien son medidas que parecen restrictivas y los pilotos y operadores llevamos tiempo exigiendo que la administración abra la mano en cuanto a lo que nos dejan hacer, lo lógico es que se nos vaya dando más libertad en nuestras operaciones, siempre y cuando esta libertad esté respaldada por medidas de seguridad, que en el mundo de la aviación son muy rigurosas y nada baratas.

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